CAMBIOS
Cuando decidimos hacer cambios en nuestra vida, no esperemos que éstos se produzcan rápidamente o que para ello no tengamos que hacer sacrificios. Hay cambios repentinos y otros premeditados.
Cambiar de ruta nos lleva a pensar si el nuevo camino a seguir será el apropiado, si habrá riesgos que podamos superar, si los nuevos compromisos se ajustan a la realidad y si no estamos construyendo castillos en el aire.
El primer desafío que se nos presenta es el de cerrar puertas, no es fácil cerrar lo que por mucho tiempo ha estado abierto. No es fácil dejar atrás lo que antes ha llenado nuestra vida de momentos agradables, pero que ahora no parecen serlo.
No es fácil decirle "NO" a la rutina.
Hacer cambios es abordar nuevos horizontes, es dejar paisajes viejos, buscar un nuevo bosque para descansar, encontrar un nuevo árbol que nos proteja de los rayos del sol, beber de una fuente donde el agua fluya clara y abundantemente. Cambiar es enfrentar algo nuevo que todavía no se ha creado.
Hay cambios que nos vienen de repente sin ningún aviso previo, es entonces que necesitamos de nuestra fe, intuición y valor para actuar de manera adecuada y ajustarnos al cambio. Hay otros, esos cambios que decidimos nosotros mismos, esos que los vamos haciendo de manera gradual y midiendo consecuencias. No importa si los cambios son de repente o premeditados, un cambio no siempre trae felicidad o tranquilidad; por el contrario, es de esperar intranquilidad, especialmente cuando ese cambio nos trae un dolor.
Podríamos decir que hay otro tipo de cambio y es el cambio cotidiano de "nuestra propia vida, de nuestra propia existencia". La vida es un continuo cambio el cual requiere de acciones, reacciones, creaciones, motivaciones, rebeliones, etc. Esos cambios nos toman por sorpresa y nuestra actuación es espontánea, no nos dan tiempo de decidir si esperar o actuar. Lo único que podemos hacer es usar nuestra intuición y actuar de acuerdo con ella.
Hacer cambios es darle un retoque a la rutina, es abordar caminos nuevos que nos conduzcan a mejorar la calidad de vida. Es buscar nuevos ideales, si hemos superado el primer desafío de cerrar puertas; ahora enfrentemos el segundo, empecemos a "vencer el miedo de abrir puertas nuevas".
Un grano para el molino
BriznaDpaz (Autor)
Febrero 08, 2010
Cuando decidimos hacer cambios en nuestra vida, no esperemos que éstos se produzcan rápidamente o que para ello no tengamos que hacer sacrificios. Hay cambios repentinos y otros premeditados.
Cambiar de ruta nos lleva a pensar si el nuevo camino a seguir será el apropiado, si habrá riesgos que podamos superar, si los nuevos compromisos se ajustan a la realidad y si no estamos construyendo castillos en el aire.
El primer desafío que se nos presenta es el de cerrar puertas, no es fácil cerrar lo que por mucho tiempo ha estado abierto. No es fácil dejar atrás lo que antes ha llenado nuestra vida de momentos agradables, pero que ahora no parecen serlo.
No es fácil decirle "NO" a la rutina.
Hacer cambios es abordar nuevos horizontes, es dejar paisajes viejos, buscar un nuevo bosque para descansar, encontrar un nuevo árbol que nos proteja de los rayos del sol, beber de una fuente donde el agua fluya clara y abundantemente. Cambiar es enfrentar algo nuevo que todavía no se ha creado.
Hay cambios que nos vienen de repente sin ningún aviso previo, es entonces que necesitamos de nuestra fe, intuición y valor para actuar de manera adecuada y ajustarnos al cambio. Hay otros, esos cambios que decidimos nosotros mismos, esos que los vamos haciendo de manera gradual y midiendo consecuencias. No importa si los cambios son de repente o premeditados, un cambio no siempre trae felicidad o tranquilidad; por el contrario, es de esperar intranquilidad, especialmente cuando ese cambio nos trae un dolor.
Podríamos decir que hay otro tipo de cambio y es el cambio cotidiano de "nuestra propia vida, de nuestra propia existencia". La vida es un continuo cambio el cual requiere de acciones, reacciones, creaciones, motivaciones, rebeliones, etc. Esos cambios nos toman por sorpresa y nuestra actuación es espontánea, no nos dan tiempo de decidir si esperar o actuar. Lo único que podemos hacer es usar nuestra intuición y actuar de acuerdo con ella.
Hacer cambios es darle un retoque a la rutina, es abordar caminos nuevos que nos conduzcan a mejorar la calidad de vida. Es buscar nuevos ideales, si hemos superado el primer desafío de cerrar puertas; ahora enfrentemos el segundo, empecemos a "vencer el miedo de abrir puertas nuevas".
Un grano para el molino
BriznaDpaz (Autor)
Febrero 08, 2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario