PALOMA DE PAZ Y AMOR

PALOMA DE PAZ Y AMOR

domingo, marzo 29, 2009

HUMILDAD


HUMILDAD….

Tan preocupada estaba con mis proyectos que no había percatado el hecho de que estamos en Cuaresma. Ciertamente me he alejado mucho de la Iglesia, -- (motivos de no creer en sermones que no son practicados)-- pero no me he alejado el de no creer en ese Ser Supremo el cual nos acompaña e ilumina en nuestros momentos de angustia. Creo en él y no temo a su castigo, por el contrario, sé que aunque tenga mal comportamiento, siempre habrá un perdón a mis pecados. Me he acostumbrado a no hablar de Dios, sino ha hablar con Dios y en privado.

Ser humilde es el reconocer que no tenemos nada, es el estar en no-competencia, es el no buscar la superioridad ante los demás, es darle oportunidad a otros. Es por eso que Santa Teresa de ávila dijo: “La humildad es la verdad”.

Lo que más nosotros deseamos como seres humanos, es una palabra de aliento cuando las cosas van mal; sentirnos cobijado con la comprensión de los demás cuando hemos cometido errores; que en lugar de fijarse en nuestros defectos, nos proporcionen alimento positivo a nuestra alma. Que corrijan nuestras malas acciones de forma amable y que lo hagan cuando estemos presentes y no detrás de nuestra espalda.

El humilde acepta sus defectos y trata de corregirlos, el soberbio nunca acepta errores o defectos mucho menos correcciones, aunque éstas sean cordiales, positivas y claras para cualquier buen entendedor. El humilde se fortalece con sabiduría, el soberbio se queda sin conocimiento.

Ser humilde es difícil, practicar la humildad es dificilísimo, sin embargo podemos nombrar muchas personas que han pasado por la faz de la tierra, la han practicado y enseñado, por eso los recordamos como sabios y los hemos consagrado como Santos.

Practicaré la humildad en esta Cuaresma, dicen que da mucha alegría el hacerlo, como es mi intención de ser feliz toda vez que puedo, quiero derrochar alegría compartiendo lo mucho o poco que tengo.

¿Qué puede costarme una palabra amable para quien lo necesita? NADA.

¿Qué puede costarme compartir una sonrisa con alguien que se sienta triste?
Me costaría una arruga más en la cara, un castigo severo para la gente madura.
Sin embargo, ¡Que viva la alegría, bienvenidas las arrugas!

Un grano para el molino.
BriznaDpaz (Autor)
Marzo 29, 2009

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