¡Cómo ha pasado el tiempo, cómo han pasado los años! Unos tras otros han venido y también se han ido desde que caminábamos juntas mi madre y yo; los años y el tiempo han hecho muchos cambios; ya no tengo la agilidad de los 30’s, ahora en mi cabellera empiezan a brotar unos rayitos de nieve, igual que como los tenía mi madre cuando dejé de verla. Ya no hay bullicio en la casa de chicos corriendo de arriba abajo las escaleras. Han pasado muchos años, unos años malos, otros buenos, pero algo no ha cambiado y es, el que mi madre no está a mi lado.
Hoy hace ya 25 años que sus ojos se cerraron para siempre, unos ojos de mirada sencilla y serena. Hoy hace 25 años que unos brazos fuertes ---que cuando tuve frío me dieron calor---- se volvieron frágiles; y un cuerpo que un día emanara energía y agilidad, pedía a gritos un descaso. Y así fue, su deseo se cumplió, Dios necesitaba un ángel más a su lado y por eso la llevó con él.
¡Oh mi Dios, cómo sufrí entonces! No podía comprender el por qué me habías quitado a mi ángel, a mi única compañía y a mi último amor. Sin embargo ahora, el tiempo y los años me han enseñado a aceptar los designios de la vida, a resignarme, y a vivir sin esa Madre que tú mismo me diste un día.
¡Madre, cómo te extraño! Te bendigo por lo años de amor y compañía que me diste. Te recuerdo hoy y siempre, llevo tu sonrisa conmigo, esa sonrisa que tu rostro reflejaba, la ultima vez que te vi.
Bendito sea el cielo por acertar siempre, cuando es la hora de partir.
¡Madre, te amo y te amaré siempre!
Recordando a mi madre 25 años después.
BriznaDpaz (Autor)
Abril 22, 2007
Hoy hace ya 25 años que sus ojos se cerraron para siempre, unos ojos de mirada sencilla y serena. Hoy hace 25 años que unos brazos fuertes ---que cuando tuve frío me dieron calor---- se volvieron frágiles; y un cuerpo que un día emanara energía y agilidad, pedía a gritos un descaso. Y así fue, su deseo se cumplió, Dios necesitaba un ángel más a su lado y por eso la llevó con él.
¡Oh mi Dios, cómo sufrí entonces! No podía comprender el por qué me habías quitado a mi ángel, a mi única compañía y a mi último amor. Sin embargo ahora, el tiempo y los años me han enseñado a aceptar los designios de la vida, a resignarme, y a vivir sin esa Madre que tú mismo me diste un día.
¡Madre, cómo te extraño! Te bendigo por lo años de amor y compañía que me diste. Te recuerdo hoy y siempre, llevo tu sonrisa conmigo, esa sonrisa que tu rostro reflejaba, la ultima vez que te vi.
Bendito sea el cielo por acertar siempre, cuando es la hora de partir.
¡Madre, te amo y te amaré siempre!
Recordando a mi madre 25 años después.
BriznaDpaz (Autor)
Abril 22, 2007
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