"NO IMPORTA LO QUE HAGA O CUáN LEJOS NOS HAYAMOS IDO,
SIEMPRE SE VUELVE A NUESTRA CASA"
El verdadero hogar es un sitio de aceptación, un lugar donde nosotros sabemos que las luces están siempre encendidas para recibirnos.
Muchas de nosotras fuimos muy afortunadas por haber podido crecer en un lugar así; otros jamás conocieron un verdadero hogar. Pero independientemente de si tenemos o no un lugar físico al que podamos llamar "Hogar", la casa de Dios simpre está abierta para nosotros.
Está en nuestras manos usar ese refugio frente a las inclemencias del mundo y volver a él, no importa tan lejos nos hayamos ido. Así como el hijo pródigo fue bienvenido después de su peregrinación, siempre seremos bien recibidos en el corazón amoroso de nuestro Señor, y esa bienvenida es más dulce cuando volvemos de alguna de nuestras aventuras, más conscientes de nuestros errores y más preparados para el amor.
En el hogar, en un dulce hogar, las puertas nunca se cierran y la luz del amor estará encendida para recibirnos...., siempre y hasta cuando, decidamos volver.
Un grano para el molino
BriznaDpaz (Autor)
Septiembre 03, 2004
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