Leía esta mañana una frase que me llamó la atención:
“Ningún ser humano puede ser dañado más allá de la reparación”
Efectivamente, cuando se daña algo material, tratamos de repararlo para que nos siga siendo de utilidad, pero me pregunto: ¿hay daños hechos a los seres humanos que los hagan inútiles, al grado que no haya reparación?
Yo no creo que la palabra “daño o dañado” pueda aplicarse en un cien por ciento a los seres humanos, pues cuando algo se daña, ese algo pierde su valor y utilidad; considero que como ser humano siempre seré valioso y útil a la sociedad, sin importar mi condición física o los impedimentos que hubiera sufrido en el pasado. Siempre puedo seguir funcionando de una manera u otra, sabiendo perfectamente mis limitaciones tanto físicas como mentales..
Cuando usamos la palabra “daño” para referirnos a una situación en que consideramos hemos sido dañados emocionalmente; creo que todos---“si así lo deseamos”--- somos capaces con ayuda o sin ella, de tratar de “reparar” nuestro espíritu como lo haríamos con nuestro cuerpo.
“Reparar” es ponernos en condición sana, curarnos y renovarnos. Lo mismo que cuando un lazo se rompe, hacemos un nudo y tratamos de volver a usarlo; lo mismo podemos hacer con nuestra alma, pero tenemos que pensar no solamente en buscar el camino de la restauración espiritual, sino también a no sentirnos solamente “reparados, sino al igual, renovados”.
Un grano para el molino
“Ningún ser humano puede ser dañado más allá de la reparación”
Efectivamente, cuando se daña algo material, tratamos de repararlo para que nos siga siendo de utilidad, pero me pregunto: ¿hay daños hechos a los seres humanos que los hagan inútiles, al grado que no haya reparación?
Yo no creo que la palabra “daño o dañado” pueda aplicarse en un cien por ciento a los seres humanos, pues cuando algo se daña, ese algo pierde su valor y utilidad; considero que como ser humano siempre seré valioso y útil a la sociedad, sin importar mi condición física o los impedimentos que hubiera sufrido en el pasado. Siempre puedo seguir funcionando de una manera u otra, sabiendo perfectamente mis limitaciones tanto físicas como mentales..
Cuando usamos la palabra “daño” para referirnos a una situación en que consideramos hemos sido dañados emocionalmente; creo que todos---“si así lo deseamos”--- somos capaces con ayuda o sin ella, de tratar de “reparar” nuestro espíritu como lo haríamos con nuestro cuerpo.
“Reparar” es ponernos en condición sana, curarnos y renovarnos. Lo mismo que cuando un lazo se rompe, hacemos un nudo y tratamos de volver a usarlo; lo mismo podemos hacer con nuestra alma, pero tenemos que pensar no solamente en buscar el camino de la restauración espiritual, sino también a no sentirnos solamente “reparados, sino al igual, renovados”.
Un grano para el molino
Pensamientos/Memorias
BriznaDpaz
Marzo 21, 2006
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