“Caras vemos y corazones no sentimos”,
es una expresión que la decimos muy a menudo y con bastante frecuencia, cuando vemos en otros y hasta en nosotros mismos una cara sonriente, pero que por dentro llevamos un corazón sangrando, una pena, un sufrimiento…, una angustia.
Podríamos aplicar esa expresión como una pauta para decir:
“Palabras leemos, caras no vemos y sentimientos no comprendemos”
Cuántas veces leemos y no comprendemos lo que una persona escribe o dice en un escrito, un poema, unas prosas o en un libro. Todos y cada uno de nosotros interpretamos lo que queremos creer que esas letras dicen, o lo que suponemos el autor de ellas nos quiere comunicar. A veces acertamos a sentir e interpretar algo parecido a lo que esa persona sintió cuando escribió, pero creo que nadie podría decir con certeza, que fue lo que esa persona estaba sintiendo ---o que problema lo consumía---cuando escribía.
¿Podría alguien decir a qué viene la idea de escribir acerca de caras y corazones en esta mañana nublada de Abril?
¿Podría alguien decir qué es lo que pienso y me pasa al estar escribiendo?
Creo que nadie tiene ni la menor idea, pero esta vez, no voy a dejarlo a la imaginación del lector, voy a tratar de decir el motivo.
Hace poco leía ciertos mensajes que no comprendía, dije claro que no los entendía y esperaba que se me aclarara el contenido de ellos; pero por respuesta recibía otros mensajes más confusos que los primeros y así siguieron unos tras otros hasta que me cansé de leer y opté por terminarlos y no recibirlos más.
Hasta hoy no sé si hice bien, o hice mal; pero ahora me doy cuenta de mi error, ahora que comprendo, interpreto y se me aclaran esos mensajes; a veces decimos que queremos ayudar a los demás, que estaremos ahí cuando se nos necesite; pero lamentablemente no es así. A la primera incomodidad, corremos como conejos asustados, no queremos molestarnos en saber y no nos preocupamos en tratar de sentir lo que esas palabras nos quieren decir y que talvez una cara no muy sonriente las escribe; ya que:
“PALABRAS LEEMOS , CARAS NO VEMOS
Y SENTIMIENTOS NO COMPRENDEMOS”.
Aprenderé a no ser tan ligera en mis apreciaciones y principalmente cuando leo; seré más consciente en no confundir un grito de angustia por una burla
Y más que todo, practicar lo que predico:
Estar…, cuando se me necesite.
Un grano para el molino
BriznaDpaz (Autor)
Abril 21, 2007
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